El edificio se define por la composición de dos cuerpos rectangulares unidos por un volumen donde se sitúan los núcleos de escaleras y ascensor. Es una edificación de planta baja y dos plantas piso con una planta sótano que engloba la totalidad de la superficie.

Los colores azul y blanco con que se distinguirán exteriormente los dos volúmenes cerrados dan, junto con el color rojo de la marquesina que remarcará la entrada del edificio, la imagen institucional para este equipamiento de la policía autonómica.

Las diversas zonas y usos en el interior quedan en cierta manera manifiestas en el exterior, ya que la fachada principal es más transparente y está ocupada por las zonas más públicas, mientras que las fachadas laterales y posterior son más ciegas, dado que en esas zonas se sitúan las dependencias que exigen más intimidad y seguridad.

Esta característica se pone de manifiesto en el volumen de acceso, donde se crea un triple espacio a toda altura para potenciar la zona más pública del edificio.

La disposición interior de las dependencias es muy funcional y se consigue que no haya interferencias.